viernes, 17 de junio de 2011

Témele al hombre de un solo libro

 


Dijo el sabio:
“Témele al hombre de un solo libro.”

Es obvio que su Dios usa un canal muy estrecho
para dirigirse a los hombres.

Es obvio que ese canal está en manos
de muy pocos intérpretes.

Es obvio que si lo manipularan,
los demás nunca nos enteraríamos.

Es obvio que esos intérpretes
se fían muy poco de sus hermanos los humanos.

Es obvio, por tanto,
que no se fían nada de la obra de su Dios.

Es obvio que si tienen ellos que corregirlo
entonces lo están sustituyendo,
es decir, lo están suplantando.

Es obvio, por tanto,
que son unos impostores.

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