“Nuevas Poblaciones de Andalucía y Sierra Morena es una Intendencia española creada fruto del proyecto ilustrado iniciado hacia 1767 por Pablo de Olavide que se concibe como una repoblación del territorio en la que se mezclan objetivos económicos y de seguridad del tráfico.
Aunque la mayor parte de la historiografía olvide consignarlo, constituyeron durante el último periodo de la Edad Moderna la “quinta” provincia andaluza; al mismo nivel político-administrativo que los reinos-intendencias de Córdoba, Jaén, Sevilla y Granada” […] “El Fuero de las Nuevas Poblaciones regulaba los aspectos de la vida económica y social de los colonos. La comarca fue poblada de colonos extranjeros europeos, de procedencia alemana, suiza o belga entre otros.” […] “La iniciativa pretendía implantar una nueva organización social, de algún modo liberada de las restricciones jurisdiccionales del Antiguo Régimen. Se rigieron por fueros especiales hasta la creación de la división provincial en 1833.”[4]
- Mantener el orden público en los principales caminos, especialmente el camino real de Madrid a Andalucía, dado que atravesaban grandes despoblados.
- Poblar unos desiertos,
“6. Cada población podrá ser de quince, veinte o treinta casas a lo más, dándoles la extensión conveniente.”
“13. La distancia de un pueblo a otro deberá ser la competente, como de cuarto o medio cuarto de legua, poco más o menos, según la disposición y fertilidad del terreno; y se cuidará, que en el principio de el libro de repartimiento haya un plan, en que este figurado en el término e indicados sus confines, para que de este modo sean en todo tiempo claros y perceptibles.”
“15. En paraje oportuno, y que sea como centro de los lugares del Concejo, se construirá una Iglesia con habitación y puerta para el Párroco, casa de Concejo y cárcel, para que sirvan estos edificios promiscuamente a estos pobladores para sus usos espirituales y temporales.”
“18. La elección del Párroco por ahora ha de ser precisamente del idioma de los mismos pobladores, dándoles sus licencias el Ordinario diocesano, mediante testimoniales que deben presentar, y el nombramiento del Superintendente de las poblaciones a nombre mío; pero en cesando la necesidad de valerse de Sacerdotes extranjeros, la elección se ha de hacer en concurso con relación de todos los aprobados, para que la Cámara consulte y nombre a S.M. por su Real Patronato.”
“32. Cuidará mucho el Superintendente, entre las demás calidades, de que las nuevas poblaciones estén sobre los caminos Reales o inmediatas a ellos, así por la mayor facilidad que tendrán que despachar sus frutos, como por la utilidad de que estén acompañadas, y sirvan de abrigo contra los malhechores o salteadores públicos.”
“74. Todos los niños han de ir a las escuelas de Primeras letras, debiendo haber una en cada Concejo para los lugares de él, situándose cerca de la Iglesia, para que puedan aprender también la doctrina y la lengua española a un tiempo.”
“75. No habrá estudios de Gramática en todas estas nuevas poblaciones, y mucho menos de otras Facultades mayores, en observancia de lo dispuesto en la ley del Reyno, que con razón les prohíbe en lugares de esta naturaleza, cuyos moradores deben estar destinados a la labranza, cría de ganados, y a las artes mecánicas, como nervio de la fuerza de un Estado.”
Pues este es el caso de las actuales cinco provincias más occidentales de Andalucía –Cádiz, Huelva, Málaga, Sevilla y Córdoba- y también de los de las ciudades de Toledo y Ciudad Real. Las cinco provincias andaluzas citadas están 80 km. más lejos de Madrid desde entonces –y de esto hace ya, prácticamente, 250 años-. Estar más lejos de Madrid significa, para Andalucía, estar más lejos del resto de España y, también, del resto de Europa, puesto que en el estado borbónico centralizado, todos los caminos pasaban por Madrid. Es como si Andalucía Occidental estuviera situada 80 km. más al sur de lo que está realmente, 80 km. más lejos de la ecúmene europea –pero a la misma distancia del resto del mundo-. Estamos hablando de un país que tiene una superficie de 52.679 km2 y una población actual de seis millones de habitantes, es decir, un país más grande y más poblado que Dinamarca.
[1] En el sentido de las agujas del reloj. Así están numeradas.
[2] Ciudad Real era una villa de realengo que se creó expresamente en la Baja Edad Media para reforzar la ruta de la frontera. Desempeñó un importante papel como contrapeso del asfixiante papel que, en esa zona, llegó a ejercer la Orden de Calatrava, como nos retrata Lope de Vega en su “Fuenteovejuna”.
[3] Los “desiertos” de los que hablamos eran, simplemente, zonas deshabitadas como consecuencia del sistema de poblamiento que había caracterizado históricamente a la región; que presentaba grandes vacíos que separaban a unos municipios bastante grandes, para lo que era habitual en el resto de Europa. Sin embargo, había una significativa flora y fauna salvajes.
[4] http://es.wikipedia.org/wiki/Nuevas_Poblaciones_de_Andaluc%C3%ADa_y_Sierra_Morena (10/7/2009).
http://colonizacion.losmonegros.com/Inicial/colonizacion/panel6.html (10/7/2009).
[6] http://colonizacion.losmonegros.com/Inicial/colonizacion/panel6.html (10/7/2009).
[7] MADRAZO, SANTOS (1984) El sistema de transportes en España, 1750-1850. Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y puertos, Ediciones Turner, Madrid.
[9] La provincia de Soria tenía, el 1 de enero de 2008, una densidad de población de 9,19 hab./km2. La de Madrid, cuya capital se encuentra a 231 km de distancia de la capital soriana, tenía 781,82 hab./km2, esta es una de las consecuencias históricas del “genial” diseño de los “ilustrados” del siglo XVIII. Pero uno de los casos más sangrantes de marginación como consecuencia directa del diseño radial de las vías de comunicación trazado por los ilustrados es el de Teruel, pujante ciudad medieval y uno de los más bellos ejemplos del arte mudéjar, núcleo de una de las provincias más extensas de España, que se ha convertido en la capital menos habitada del país y, desde hace algunos años, ha venido desarrollando un potente movimiento ciudadano que tiene el ilustrativo nombre de “Teruel Existe”. Situada a mitad de camino entre la quinta ciudad española (Zaragoza) y la tercera (Valencia), se encuentra en un eje que era vital para el antiguo reino de Aragón, aunque no para los centralistas borbónicos. Una ciudad que podía haber actuado como el cemento que uniera a las comunidades de Aragón y de Valencia se la ha dejado morir. El desarrollo del eje de comunicación Valencia-Zaragoza no sólo habría sido un poderoso instrumento para combatir el hundimiento demográfico y económico de ésta zona sino que, a través de Huesca y Toulouse, se podía haber convertido en un potente eje de comunicación internacional alternativo al ya saturado eje mediterráneo español.
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