“Son divertidos estos terrícolas”,
dicen en Alfa Centauro.
Las sesudas disertaciones de nuestros científicos
sobre la vida en el Universo
las venden en sus librerías
en las secciones de Humor infantil.
Y es que resultan graciosísimas
nuestras pretensiones de exclusividad,
la presunción de sabiduría, de pragmatismo
y de rigor científico que se desprenden de nuestros textos.
Por favor:
¿De verdad creen que estamos solos en el Universo?
¿En un universo tan vasto?
¿En un universo tan antiguo?
¿Ustedes han observado lo que son capaces de resistir
nuestros bichitos más pequeños?
¿Se les ha ocurrido pensar que tal vez ellos
no necesiten de nuestras naves espaciales
para transportarse por el Universo?,
¿Qué bajo determinadas condiciones
mil millones de años pueden ser un segundo
en la vida de una bacteria?,
¿Qué estas pueden recomenzar,
un segundo después, de su microscópica vida,
en Alfa Centauro lo que interrumpieron en la Tierra
... o viceversa?
Si hay vida en algún lugar,
hay vida en el Universo.
Si hay inteligencia en algún lugar,
hay inteligencia en el Universo.
¿Qué pasa, que no la han visto?
–me refiero a la otra, claro-.
Ah, bueno…
¿No se les ha ocurrido pensar que el silencio
de los extraterrestres sólo significa
que ellos no quieren que los oigamos?
¿Qué en vez de gritar, como nosotros, simplemente observan?
Lo que sería sorprendente no es encontrar por ahí vida,
ni tampoco inteligencia,
sino nuestro brutal egocentrismo.
Si hubiera otros como nosotros
tal vez estaríamos en peligro.
Pero de la verdadera inteligencia
no creo que debamos temer.
Si quisieran acabar con nosotros
han tenido cinco mil millones de años
para hacerlo.
¿Creen que han estado esperando a nuestra generación
por alguna razón especial?
¿Acaso porque somos lo más importante
que haya sucedido jamás sobre la Tierra?
¿Veis como sois unos egocéntricos?
¿Veis como ellos tienen sólidas razones para guardar silencio?
Si un día nos enseñaran su último modelo de platillo,
al día siguiente le habríamos hecho mil millones de copias.
Copias burdas, por supuesto.
Esa temporada causaría furor, en las pasarelas, la moda extraterrestre.
¿Para qué querrían ellos asistir a ese espectáculo de tan mal gusto?
A eso, en Alfa Centauro, le llaman “contaminación estética”,
en Andrómeda “colonización cultural inducida”
y en Sirio “ordinariez”.
La Confederación Interplanetaria la tiene prohibida, por supuesto.
Así que si hubiera algún alienígena dispuesto a hacer una demostración tecnológica
-algo así como un motero dispuesto a hacer el caballito delante de su público-,
debe saber que esa es una de las causas de retirada del permiso
para conducir platillos… ¡¡en todo el Universo!!.
Y después viene, obviamente, un tratamiento psicológico intensivo,
porque es evidente que ese individuo no está en sus cabales
y que arrastra algún horrible trauma infantil
¿Por qué creéis que nos han dejado vivir?:
porque la vida es sagrada para ellos,
porque el respeto hacia el otro es la base fundamental
sobre la que debe asentarse
cualquier civilización que no quiera autodestruirse.
Así que vayan tomando nota,
si quieren que alguien empiece a tomarnos en serio
y valore la posibilidad de establecer
un diálogo inteligente.
Comencemos haciendo un sencillo ejercicio:
intentemos permanecer un solo día en silencio.
En un silencio inteligente claro,
observando cuanto nos rodea
y reflexionando sobre ello.
Se trata de escuchar, no de contaminar
el espacio con nuestro ruido ensordecedor.
Olvídense durante ese día del resto de los humanos,
así como de sus obras, que ya han chupado bastante cámara.
Observen a los insectos, a los pájaros…
a la inteligencia discreta con que nos envuelve la naturaleza.
Intenten captar el mensaje cifrado
que nos transmite la encina cuando nos acercamos.
Aunque ustedes no lo crean es una antena parabólica
que transmite en banda ancha
y comunica con la otra punta
de nuestro sistema planetario.
Si quieren hablar con Ganímedes
ese es el lugar apropiado.
¿Saben que cada piedra es un CD de varios “teras” memoria
que sólo espera el “lector” apropiado para poder descifrarlo?
¿Qué creen que nos podrá contar
cuando estemos en condiciones de escucharlo?
Así pues vayamos empezando a pensar en clave sideral:
Intentemos aprender a escuchar.