Primer gobierno Zapatero (2004)
El relevo de liderazgo en el
Partido Socialista
Tras
la derrota electoral de 1996, Felipe González
designó, como su sucesor al frente del partido, a Joaquín Almunia, que fue elegido Secretario General en el 34º
Congreso del PSOE, celebrado en Madrid entre los días 20 y 22 de junio de 1997.
La
aparente tutela que buena parte de la población percibía de Felipe González
sobre Almunia y la ejecutiva que él presidía llevaron a este último a convocar
unas primarias para elegir candidato a la presidencia del gobierno de cara a
las elecciones del año 2000 para intentar afianzar su propio liderazgo… ¡Pero las perdió!:
“Estando
el PSOE en la oposición, [Josep] Borrell se impuso en las elecciones primarias del 24 de abril de 1998
para la elección del candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno en 2000,
derrotando por un 55% de votos a Joaquín Almunia, entonces secretario general
del partido.[1]
Almunia era el candidato «oficialista» y contaba con el apoyo del aparato del
partido y entre otros el antiguo presidente del gobierno Felipe González. Esta
fue la primera ocasión en la que un partido político de España utilizaba un
sistema de primarias abiertas a los militantes para la elección de su
secretario general. Sin embargo, Borrell acabó renunciando el 14 de mayo del
siguiente año en favor de Almunia, debido a la falta de apoyo de la dirección,
y al escándalo de fraude fiscal de José María Huguet, un antiguo colaborador
suyo cuando era Secretario de Estado de Hacienda.”[2]
Almunia
finalmente, tras la renuncia de Borrell, se presentó a las elecciones de 2000
como candidato, obteniendo tan solo 125 diputados, el peor resultado desde
1982.
“Dimitió
del cargo tras la mayoría absoluta lograda por el Partido Popular, dejando el
PSOE en manos de una gestora presidida por Manuel Chaves, que se llamó Comisión
Política, la cual organizó el XXXV Congreso en el que José Luis Rodríguez
Zapatero fue elegido secretario general.”[3]
…
“Rodríguez
Zapatero decidió que optaría a dirigir el PSOE durante el XXXV Congreso Federal
de junio de 2000, tras la dimisión de Joaquín Almunia. Impulsó una nueva
corriente dentro del partido, más centrista y a la vez más liberal, llamada la
Nueva Vía. El proyecto Nueva Vía, más perfilado en lo programático que en lo
ideológico, evocaba la Tercera Vía (Third Way) del primer ministro laborista
británico Tony Blair y también el Nuevo Centro (Neue Mitte) del canciller
socialdemócrata alemán Gerhard Schröder, los cuales pivotaban en nociones tales
como el pragmatismo y la eficiencia a la hora de revisar las relaciones entre
Estado y ciudadanía, y de asumir con naturalidad los imperativos de la economía
del libre mercado en las sociedades contemporáneas. Por la misma razón, la
propuesta de Zapatero parecía alejarse del socialismo más clásico que
caracterizaba, por ejemplo, al primer ministro francés Lionel Jospin […]
Compitió por la secretaría general con
José Bono, Matilde Fernández y Rosa Díez. Zapatero era el "candidato
sorpresa", y los críticos señalaban su inexperiencia mientras que los que
le apoyaban indicaban que era la figura reformista que necesitaba el PSOE. El
22 de julio Zapatero ganó por un escaso margen (de 995 sufragios, obtuvo 414
apoyos; José Bono consiguió 405). Esta inesperada victoria se produjo gracias
al apoyo del PSC.[4]”[5]
El vuelco de las expectativas
electorales
La
legislatura 2000-2004 fue durísima para el Partido Popular, como ya tuvimos
ocasión de ver en el artículo anterior (atentados terroristas, Plan Ibarretxe, Guerra
de Irak, Incidente de Perejil, Marea Negra, Accidente del Yak 42…). Las
importantes movilizaciones llevadas a cabo por toda España en 2003 contra la
participación de nuestro país en la guerra de Irak fueron impulsadas de manera
decidida por el líder de la oposición y por el PSOE, y transmitieron a buena
parte de la población española la idea de que nuestra presencia entre las
fuerzas de ocupación en el conflicto iraquí tenía importantes consecuencias
políticas que el gobierno del PP no había tenido en cuenta. Por desgracia, los
atentados del 11-M terminaron confirmando las peores sospechas en pleno proceso
para las elecciones generales de 2004. La reacción inmediata de un sector de la
población contra la política exterior seguida por el último gobierno de José
María Aznar se vio tres días después, el 14 de marzo. Más de un millón de
personas cambiaron el sentido de su voto en tan sólo tres días.
“La
sombra de los atentados estuvo presente y quizás fue un factor relevante para
que cada partido obtuviese los votos de los anteriormente indecisos o
abstencionistas. Algunos expertos en esta área concluyen que sin los atentados
del 11-M el PP habría ganado las elecciones con la mayoría que le daban las
encuestas una semana antes de los comicios. En las sedes del PP, la noche
previa a la apertura de los colegios electorales, se concentraron miles de
personas para mostrar su descontento con la política informativa del Ministerio
del Interior sobre la autoría de los atentados, en el que el ministerio
apuntaba como principal sospechosa a ETA, a pesar de que había otra línea de
investigación abierta que cobraba más fuerza apuntando al terrorismo islámico y
que toda la prensa internacional daba como más probable.[6] Esta
controversia sobre la autoría de los atentados dio lugar a las Teorías de la
Conspiración del 11M.”[7]
Evolución de la intención de voto entre PP y PSOE entre 2000 y 2004
Las elecciones del 14 de marzo
Los
resultados de las elecciones generales del 14 de marzo, como ya vimos en el
artículo anterior, fueron los siguientes:
“Los
días 16 y 17 de abril de 2004 se celebró la sesión de investidura del candidato
a presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. En la votación de
investidura, Zapatero consiguió 183 votos a favor, 149 en contra y 19
abstenciones. Al obtener mayoría absoluta en la primera votación se declaró
otorgada la confianza del Congreso de los Diputados al candidato. Seis fuerzas
parlamentarias dieron su apoyo al candidato socialista, el mayor registro hasta
la fecha.”[8]
Inmediatamente
después, el recién nombrado Presidente anuncia la composición de su nuevo
gobierno, formado por 16 ministros, 8 de los cuales eran hombres y los otros 8
mujeres, convirtiéndose así en el primer
gobierno paritario de la Historia de España.
El giro en la política exterior
“La
primera decisión que adoptó el nuevo gobierno socialista presidido por José
Luis Rodríguez Zapatero fue ordenar la retirada de las tropas españolas de
Irak, cumpliendo así lo prometido durante la campaña electoral. Esta decisión
enfrió notablemente las relaciones con Estados Unidos porque se tomó mucho
antes del plazo prometido —el 30 de junio— y sobre todo porque fue seguida de
un llamamiento de Rodríguez Zapatero al resto de los países con tropas en Irak
para que también las retiraran.[9]”[10]
La
orden de retirada de Irak vino acompañada por un realineamiento estratégico de
la política exterior española que significó un alejamiento del “atlantismo” de Aznar y un acercamiento
hacia las posiciones que estaban defendiendo tanto Francia como Alemania, ambas
bastante críticas con la aventura iraquí que había protagonizado el Trío de las Azores con el apoyo
entusiasta de Polonia y de otros países que habían pertenecido en el pasado
reciente al Pacto de Varsovia.
En
ese contexto el gobierno Zapatero ayudó al desbloqueo de las negociaciones de
un tratado para establecer una Constitución
Europea, al que Aznar se había opuesto. Dicho tratado se firmó en Roma el
29 de octubre de 2004. El 20 de febrero de 2005 se celebró un referéndum de
ratificación del mismo en nuestro país, en el que el 75% de los que
participaron votaron a favor, pero con la mayor abstención de toda la
democracia española.
“Sin
embargo, Rodríguez Zapatero quedó aislado internacionalmente cuando el proyecto
de la Constitución Europea naufragó —sumiendo a la Unión Europea en la peor
crisis institucional de su historia— y, sobre todo, cuando Alemania y Francia
se reconciliaron con Estados Unidos tras abandonar el poder sus dos principales
aliados, el canciller alemán Gerhard Schröder y el presidente francés Jacques
Chirac, sustituidos por Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, respectivamente.
Además la propuesta de Zapatero de la Alianza de Civilizaciones presentada ante
la Asamblea General de la ONU de 2004 como alternativa a la guerra contra el
terrorismo del presidente Bush encontró poco respaldo internacional.[11]”[12]
La “ampliación de derechos”
Mientras
Zapatero estuvo en la presidencia del gobierno fueron viendo la luz una batería
de leyes de contenido social que representaron una ampliación de derechos, como
la de reconocimiento del matrimonio
homosexual, la del divorcio exprés
-que agilizaba los trámites del divorcio-, la de igualdad -que establecía garantías para asegurar la presencia “paritaria”
de la mujer en la vida pública y laboral- o la ley de la Memoria Histórica -que reconocía los derechos de las víctimas del
bando republicano en la Guerra Civil española, como en su día hizo el
franquismo con las del bando nacional.
La
reforma educativa de la LOE desencadenó una gran cantidad de movilizaciones
patrocinadas por la Iglesia y por las diversas organizaciones católicas en “defensa
de la familia” y la “libertad religiosa”, que contaron con un potente respaldo
por parte del Partido Popular. Uno de los aspectos más polémicos de dicha ley
fue la introducción de la nueva asignatura Educación
para la ciudadanía, como alternativa a la de Religión.
Nuevo estatuto en Cataluña
“Después
de muchos meses de intensos debates, el Parlamento de Cataluña aprobó el 30 de
septiembre de 2005, con el voto a favor de 120 diputados [los de PSC, ERC, ICV
y CiU] y el voto en contra de los 15 diputados del PP, el proyecto de nuevo
Estatuto de Autonomía de Cataluña en el que se afirmaba en su artículo 1º que
«Catalunya es una nación». Además se proponía un nuevo sistema de financiación
que se aproximaba al sistema del concierto económico del que disfrutaban el
País Vasco y Navarra; se ampliaban las competencias de la Generalidad y se
«blindaban» para que el gobierno central no pudiera limitarlas mediante «leyes
básicas»; y en fin se proponía una relación «bilateral» entre España y Cataluña
que implícitamente reconocía la soberanía del «pueblo catalán». En seguida
arreciaron las críticas contra la propuesta de nuevo Estatuto fundamentalmente
por parte del PP y de los medios de comunicación afines porque suponía la
instauración de un nuevo modelo «federal» o «confederal» del Estado que rompía
abiertamente con la Constitución de 1978.[13]”[14]
Una
vez aprobado en el parlamento catalán el nuevo estatuto pasó a las Cortes Generales, donde el debate
alcanzó una intensidad extraordinaria. Zapatero, que durante la campaña
electoral de 2004 se había comprometido a apoyarlo, se encontró con una fuerte
oposición al mismo, incluso en su propio partido.
“Se
inició así un duro debate en las Cortes generales para eliminar de la propuesta
del Parlament los elementos más claramente anticonstitucionales, pero uno de
los socios del tripartito catalán, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) se
opuso a los «recortes», por lo que Rodríguez Zapatero decidió negociar
directamente con el dirigente de CiU Artur Mas, otro de los impulsores del
nuevo Estatuto, alcanzando el 22 de enero de 2006 un acuerdo: la definición de
Cataluña como nación fue relegada al preámbulo del Estatuto y se matizaron sus
elementos «soberanistas», incluida la financiación autonómica y la relación
«bilateral» entre el Estado español y Cataluña.[15]”[16]
El
Estatuto recortado que salió de las Cortes se votó en referéndum, en Cataluña,
el 18 de junio de 2006, obteniendo un respaldo del 74 % de los votos emitidos,
pero con una abstención que superaba el 50 %. Esquerra Republicana de Catalunya hizo campaña en contra del mismo
porque consideraba que los recortes de competencias que se habían producido en
las Cortes eran inaceptables. El PP también impulsó el voto “no”, pero por las
razones contrarias, porque se había llegado demasiado lejos. De hecho presentó
un recurso ante el Tribunal
Constitucional.
“Tras
entrar en vigor el 18 de junio de 2006, el Estatuto fue recurrido por
considerarlo inconstitucional en siete ocasiones por siete instancias
distintas: el Partido Popular a través de la firma de sus diputados y senadores
contra 187 artículos y disposiciones; el Defensor del Pueblo contra 112
artículos y cuatro disposiciones adicionales, y cinco comunidades autónomas
(Comunidad de Murcia contra el artículo 117, La Rioja contra 12 artículos y siete
disposiciones adicionales, Gobierno de Aragón contra una disposición adicional,
Generalidad Valenciana contra ocho artículos y cuatro disposiciones
transitorias, Gobierno de las Islas Baleares contra lo que establece el
Estatuto sobre el Archivo de la Corona de Aragón).[17]”[18]
El
Tribunal emitió sentencia el 28 de junio de 2010, declarando inconstitucionales
14 artículos del mismo y marcando, además, la interpretación correcta que debía
dársele a 10 más.
“El
10 de julio del 2010 tuvo lugar una manifestación en Barcelona, con el lema
«Som una nació, nosaltres decidim»,[19] en
contra de la resolución del Tribunal Constitucional, con el apoyo de todos los
partidos políticos del Parlamento de Cataluña menos del PPC y de Ciutadans. La
asistencia fue de un millón y medio según los organizadores y de un millón cien
mil personas según la Guardia Urbana.”[20]
El “proceso de paz” en Euskadi
“Poco
después de haber rechazado el 1 de febrero de 2005 en el Congreso de los
Diputados —con el apoyo del PP— el Plan Ibarretxe que proponía convertir al País Vasco en un
«Estado libre asociado» a España,[21]
Rodríguez Zapatero, sin consultarlo previamente con el líder del PP Mariano
Rajoy, anunció que estaba dispuesto a «dialogar» con ETA para poner fin al
terrorismo si mostraba una clara disposición a abandonar la violencia.[22]
Casi
un año después, el 22 de marzo de 2006, ETA anunciaba un «alto el fuego
permanente» y que hablaría con el gobierno sobre el «fin de la violencia» si
paralelamente se formaba una «mesa de partidos» que incluiría a la ilegalizada
Batasuna y en la que se discutirían los temas «políticos» del «conflicto». La
respuesta del PP ante estos hechos fue acusar al gobierno de haber roto
unilateralmente el Pacto Antiterrorista de 2000 y a continuación lo sometió a
un intenso acoso tanto en las Cortes —donde Mariano Rajoy llegó a acusar a
Zapatero de «haber traicionado a los muertos»— como en la calle, apoyando la
larga serie de manifestaciones contra la «rendición» ante ETA que convocó la
Asociación de Víctimas del Terrorismo y que congregaron en Madrid a cientos de
miles de personas.[23]”[24]
Pese
a todo, se abrió el proceso negociador con la dirección de ETA, que llegó
pronto a una situación de estancamiento, ya que ésta vinculó el abandono de las
armas con el reconocimiento explícito por parte del Estado del “Derecho a la autodeterminación” de Euskal
Herria, que incluía también a Navarra. El 30 de diciembre de 2006 ETA puso
una bomba de gran potencia en la terminal T-4 del aeropuerto de Barajas, que mató a dos personas y provocó grandes
daños materiales. El Gobierno “dio por «suspendido»
el «proceso de paz»”[25]
y endureció su política contra todo el complejo abertzale, deteniendo a toda la
cúpula de Batasuna (incluido su máximo dirigente, Arnaldo Otegi) e ilegalizó al Partido
Comunista de las Tierras Vascas y a Acción
Nacionalista Vasca. Como consecuencia, las fuerzas de la izquierda
abertzale en el País Vasco empezaron a distanciarse de ETA, lo que terminaría
teniendo importantes consecuencias políticas.
En
las elecciones al Parlamento Vasco de 2009 no se pudo presentar ningún grupo de
la izquierda abertzale, lo que tuvo como consecuencia que el Partido Socialista de Euskadi-PSOE pudiera
formar gobierno en minoría, presidido por Patxi
López, con los votos del Partido Popular. Fue el primer gobierno vasco de
la historia en el que no había ni un solo consejero nacionalista.
“El
cambio de gobierno en Euskadi, la salida de las instituciones de los grupos
herederos de Batasuna y la eficaz lucha de las fuerzas y cuerpos de seguridad
del Estado contra ETA —en menos de dos años fueron detenidos todos los miembros
de la dirección que había impuesto en 2007 la ruptura de la tregua—, entre
otras razones, obligaron a la izquierda abertzale a replantearse su estrategia
política. Así en febrero de 2010, Batasuna presentó un primer documento en el
que apostaba por un «proceso democrático en ausencia de violencia», que fue
seguido de la llamada «Declaración de Bruselas» en la que un grupo de
intermediación internacional encabezado por el abogado sudafricano Brian Currin
hizo un llamamiento a ETA para que declarara un alto el fuego permanente.
Tras
el primer intento fallido con Sortu, la izquierda abertzale consiguió el aval
del Tribunal Constitucional para la coalición Bildu que había formado con otras
fuerzas, por lo que pudo presentarse a las elecciones municipales y forales de
mayo de 2011 y en las que consiguió muy buenos resultados —la alcaldía de San
Sebastián y la Diputación Foral de Guipúzcoa, pasaron a estar presididas por un
miembro de Bildu—.
El
20 de octubre, a un mes de las elecciones generales españolas en las que la
izquierda abertzale se presentaba dentro de la coalición Amaiur, ETA anunciaba
el abandono definitivo de la «lucha armada» lo que abrió un nuevo escenario
político en el País Vasco. Según Ignacio Sánchez-Cuenca, el fin del terrorismo
constituyó «uno de los mayores logros de Zapatero» conseguido gracias al
«proceso de paz» iniciado en la legislatura anterior que, a pesar de que ETA
rompió la tregua, puso las condiciones para que la izquierda abertzale apostara
por las vías pacíficas y para que ETA quedara aislada, lo que finalmente le
condujo al cese definitivo de la violencia.”[26]
España como país receptor neto de
inmigrantes
“El
espectacular crecimiento económico iniciado a mediados de la década anterior
había sido posible por la presencia de cientos de miles de emigrantes
procedentes de América Latina, el Magreb y Europa oriental —y que convirtieron
a España en el principal foco de inmigración de la Unión Europea—. Pero la
mayoría de ellos eran emigrantes sin papeles por lo que el gobierno decidió proceder a
una «regularización» masiva a lo largo de 2005 que afectó a unas 700.000
personas que obtuvieron el permiso de residencia presentando un contrato de
trabajo. El PP acusó al gobierno de que con la medida había provocado un
«efecto llamada» de nuevos emigrantes que esperaban conseguir fácilmente la
legalización de su estancia en España. Una vez acabada la gran regularización de
2005 —que también fue criticada por la Unión Europea ya que no se le había
consultado— el gobierno decidió endurecer su política inmigratoria para evitar
la entrada de nuevos «ilegales». La integración de los cuatro millones de
emigrantes que habían llegado a España en los últimos 10 años —por lo que los
extranjeros suponían ya casi el 10% de la población— planteó un enorme reto
para la sociedad española, pero no se produjeron graves incidentes racistas o
xenófobos, lo que hizo de España una excepción en el contexto europeo.”[27]
La crisis económica de 2008
Cuando
Zapatero llegó a la Presidencia del Gobierno la economía española se encontraba
en plena expansión, absorbiendo gran cantidad de capitales y de inmigrantes
procedentes del exterior, pero ese crecimiento era, en buena parte, puramente
especulativo y tenía los pies de barro. El Mercado Único europeo y la
implantación del euro en nuestro país tuvieron una gran cantidad de efectos
perversos en la economía que dio lugar a lo que se conoció como la “política del pelotazo”, que creó una
burbuja inmobiliaria insostenible en el tiempo. Los tipos de interés de los
créditos inmobiliarios pasaron desde el entorno del 15 % a mediados de los 80
hasta el 2 % a mediados de la década del 2000. Por el camino, José María Aznar
había liberalizado el sector para convertirlo en el motor de su modelo de
desarrollo económico. Los empresarios de la construcción, con la complicidad de
los alcaldes y los concejales de urbanismo de casi toda España, se embarcaron
en una política de edificaciones masivas que consiguieron que nuestro país
llegara a consumir más cemento que el resto de los de la Unión Europea juntos,
algo a todas luces irracional e imposible de sostener. Por otra parte, España
presentaba un déficit en la balanza de pagos brutal. Mientras el gobierno
reducía aceleradamente la deuda externa, los bancos, las empresas y los
particulares se endeudaban hasta los ojos, como si los préstamos no hubiera que
pagarlos después. La facilidad para obtener dinero a bajas tasas de interés
(las más bajas de los últimos 40 años) provocaron una guerra total entre las
diversas entidades bancarias para captar clientes en el mercado hipotecario,
que estaba sentando las bases para el estallido de la burbuja inmobiliaria.
“La
construcción de viviendas —en 2006 se alcanzó el cénit con el inicio de cerca
de 800.000 viviendas nuevas— estaba motivada por el crecimiento de la demanda,
pero gran parte de ella era el resultado de un movimiento especulativo en torno
al «ladrillo» ya que muchas personas no compraban las viviendas para habitarlas
sino para colocar sus ahorros esperando venderlas más tarde a un precio
superior. Así fue como se alimentó la «burbuja inmobiliaria en España».[28]”[29]
En
España, históricamente, buena parte del ahorro de los particulares se había
venido canalizando a través de las cajas
de ahorro, que eran pequeñas instituciones de crédito de ámbito local o
provincial impulsadas por diversas fundaciones, muchas de las cuales se crearon
como instituciones de beneficencia, que habían venido desarrollando una gran
labor social en sus respectivas áreas de actuación geográfica. Las cajas de
ahorro permeaban la geografía española, y estaban estrechamente vinculadas con
los ayuntamientos o las diputaciones provinciales, suponiendo más del 50% del
sistema financiero español a principios del siglo XXI.
“En
el siglo XX, comenzó el proceso de fusiones y concentraciones, que continúa en
el siglo XXI de manera más profunda con múltiples fusiones, sistemas
institucionales de protección (SIP) y absorciones por parte de otras entidades.
Además, la principal novedad es que han surgido entidades bancarias creadas por
las cajas de ahorros a las que han traspasado su actividad financiera.”[30]
“La
crisis financiera española fue una crisis de entidades de crédito […]
por supuesto, la principal
responsabilidad era de los directivos y gestores que concedieron los créditos. [pero…]
nos referimos a entidades de carácter
social en las que algunas administraciones públicas no sólo tenían funciones de
supervisión -las CC.AA.-, sino que los partidos políticos designaban a los
miembros de los consejos de administración.”[31]
En
el verano de 2007 se produjo el estallido de la crisis provocada por las hipotecas subprime en Estados Unidos,
que rápidamente se extendió al resto del mundo y que sorprendió a nuestro país
en el momento álgido de la burbuja inmobiliaria. La economía española entró en
recesión y el paro se disparó. Empezaron a quebrar empresas en cascada, especialmente
las del sector de la construcción, y buena parte de los créditos hipotecarios
dejaron de pagarse, arrastrando al sector bancario, especialmente al segmento
de las cajas de ahorro que eran las que estaban más expuestas. El déficit
público alcanzó el 11,2 % en 2009 y el PIB llegó a caer un 3,7 %. El paro subió
por encima del 2 % (más de cuatro millones de personas).
“Las
cajas [de ahorro] más
expuestas al negocio del «ladrillo» se encontraron al borde de la bancarrota,
por lo que el Banco de España impulsó la fusión de las más problemáticas con
las más sanas para «limpiar» los balances junto con su «bancarización», al
privatizarse su patrimonio dejando de ser entidades públicas. Así se pasó de
las 45 cajas de antes de la crisis a 15 en 2010, pero el Estado tuvo que
aportar dinero público a través del FROB para sanear algunas de ellas y hacer
posible las fusiones. La más importante fue la de CajaMadrid y de la valenciana
Bancaja, que dio nacimiento a Bankia, convertida en la tercera entidad
financiera del país.[32]”[33]
Las políticas de ajuste
“En
los primeros meses de 2010 la difícil situación económica se agravó a causa del
estallido de la crisis de la deuda soberana europea iniciada por la declaración
de insolvencia de Grecia.[34]
Enseguida la deuda del resto de los países de la zona euro que, como Grecia,
presentaban un fuerte déficit en su balanza de pagos —fundamentalmente Irlanda
y los países del sur, incluida España— comenzó a ser «atacada» en los mercados
financieros con el consiguiente aumento de la «prima de riesgo» respecto del
bono alemán, que era el título de referencia, y ello a pesar de que la deuda
del Estado en España solo representaba un 20% de la deuda total –y hasta 2007
había mantenido unas cuentas saneadas—, mientras que el 80% restante
correspondía a las familias y a las empresas. Entonces los países acreedores de
la zona euro, encabezados por Alemania, y con el apoyo del Banco Central
Europeo, la Comisión Europea y el FMI, impusieron a los deudores la disminución
de su gasto público para reducir el déficit presupuestario generado por la
caída de los ingresos fiscales a causa de la recesión y por la aplicación de
los paquetes de estímulo para salir de ella.[35]”[36]
En
ese contexto, el 12 de mayo de 2010 Zapatero anunció una disminución del gasto
público de 15.000 millones de euros que pretendía conseguir la reducción del
déficit al 3% en 2014, y que se tradujo en la bajada del sueldo de todos los
funcionarios públicos en un 5%, la congelación de las pensiones (excepto las no
contributivas) y la reducción de las prestaciones previstas en la Ley de Dependencia. Esta contracción del
gasto público llevó al país a una nueva recesión a finales de 2011.
“El
gobierno aprobó la reforma del mercado de trabajo en septiembre de 2010 con el
propósito de hacerlo más «flexible» […] En cuanto a las pensiones, la nueva ley aprobada en junio de 2011
elevó la edad de jubilación de los 65 a los 67 años y amplió el periodo de
cómputo para el cálculo de la pensión de 15 a 25 años, además de aumentar de 35
a 38 años y medio el periodo de cotización para cobrar la pensión máxima. Por
último, ante la falta de acuerdo entre sindicatos y patronal el gobierno aprobó
también en junio de 2011 un Real Decreto Ley que «flexibilizaba» el sistema de
negociación colectiva.[37]”[38]
El
29 de septiembre de 2010 los sindicatos CCOO y UGT convocaron una huelga general,
que selló la ruptura entre las mismas y el gobierno. En el verano de 2011 el
gobierno socialista consensuó con el PP una reforma del artículo 135 de la Constitución,
cuyos dos primeros párrafos quedaron como siguen:
“1)
Todas las Administraciones Públicas adecuarán sus actuaciones al principio de
estabilidad presupuestaria.
2)
El Estado y las Comunidades Autónomas no podrán incurrir en un déficit
estructural que supere los márgenes establecidos, en su caso, por la Unión
Europea para sus Estados Miembros.”[39]
El movimiento 15M
“El
domingo anterior a la celebración de las elecciones municipales y autonómicas, 15
de mayo de 2011, se produjeron manifestaciones de «indignados», en su mayoría
jóvenes, en las principales ciudades españolas convocadas por la plataforma
«¡Democracia Real Ya!». Al día siguiente un grupo de ellos decidió acampar en
la Puerta del Sol de Madrid, tomando como ejemplo la plaza Tahrir de El Cairo,
cuya revuelta había iniciado la «primavera árabe» de Egipto. El desalojo por la
policía no hizo sino aumentar el número de acampados que acabaron ocupando toda
la plaza y consiguiendo una gran cobertura mediática nacional e internacional,
además de que su ejemplo se extendió rápidamente a las plazas de muchas
ciudades, como la Plaza de Cataluña de Barcelona. Allí permanecieron durante
varias semanas.[40]
Uno
de los eslóganes más repetidos en las asambleas que celebraron los acampados
fue el de «¡No nos representan!» en referencia a los grandes partidos
políticos, con lo que «transmitían con gran contundencia la frustración de
muchos ciudadanos ante las elites políticas y económicas del país».[41] Así
nació el que sería conocido como el movimiento 15-M, que entre otros objetivos,
se proponía acabar con los privilegios de los «poderosos», especialmente onerosos
en el contexto de la crisis. Fue «una expresión de ira contenida y de crítica
profunda a la democracia representativa de partidos políticos».”[42]
El
15 de mayo hubo manifestaciones en más de 50 ciudades españolas. La disolución
por la policía de la de Madrid provocó la extensión de las acampadas, de forma
inmediata, en buena parte de las capitales de provincia. Algunas de ellas se
mantuvieron durante semanas, hasta bien entrado el mes de junio:
“Levantada
la Acampada de Sol, la actividad se trasladó a los barrios y pueblos,
constituyéndose las asambleas populares, que formaron la Asamblea Popular de
Madrid:
«Nuestro objetivo
inicial fue extender el movimiento 15M, propagar en el ámbito de lo local la
democracia participativa directa, el método asambleario, la recuperación del
espacio público y el pensamiento crítico.
Para ello se efectuó un
llamamiento generalizado el 24 de mayo para que las personas que desearan
organizar las asambleas locales se pusieran en contacto entre sí. Esas personas
dinamizaron y coordinaron las asambleas populares que tuvieron lugar el sábado
28 de mayo. Nacieron más de cien en la Comunidad de Madrid y reunieron
alrededor de 30.000 personas.
Al día siguiente, 29 de
mayo, sus portavoces se reunieron por primera vez en Sol en lo que se conoce
como Asamblea Popular de Madrid. Desde entonces hasta hoy las asambleas
populares locales se han reunido regularmente y han alcanzado distintos niveles
de auto-organización y participación.
Comisión
de extensión a Barrios de la Acampada Sol.»
Estas
acampadas se transforman en asambleas populares abiertas que se celebran
generalmente en plazas o parques y están estructuradas en diversas comisiones
(legal, comunicación, acción, actividades, barrios, estatal e internacional,
información, infraestructuras, lenguas de signos) y grupos de trabajo (cultura,
educación, política, economía, medio ambiente, trabajo social, feminismos,
ciencia y tecnología, diálogo entre religiones, migración y movilidad,
pensamiento).[43]
[…]
De forma similar, se fueron levantando el
resto de Acampadas y se crearon asambleas con reuniones físicas periódicas en
el resto de España y del mundo. La enciclopedia 15Mpedia contabiliza
información de más de 500 asambleas por todo el mundo (más de 450 en España).”
[…]
“En
la fase de globalización del 15M las identidades colectivas que asumen casi en
su totalidad el liderazgo de la difusión en la red. La manifestación del 15 de
octubre de 2011 representa la globalización de la red del 15M con la
participación del movimiento Occupy Wall Street en su fase de explosión.”[44]
Puerta del Sol el 20 de mayo de 2011 (fuente: Wikipedia)
Las
réplicas del movimiento 15M, como vemos, desbordaron las fronteras de nuestro
país, extendiéndose por Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Australia…
“Occupy Wall Street fue una rama de la
acción de protesta del Movimiento 15-O que desde el 17 de septiembre de 2011 mantuvo
ocupado el Zuccotti Park de Lower Manhattan en la Ciudad de Nueva York, Estados
Unidos.
Esta
concentración de protesta se dirigió contra el poder de las empresas y las
evasiones fiscales sistemáticas del 1% más rico. Los iniciadores expresaron el
deseo de que la ocupación dure "algunos meses". El 27 de septiembre
hubo protestas en 52 ciudades, entre ellas Boston, San Francisco, Los Ángeles,
Portland y Chicago.”[45]
El
movimiento 15M mantuvo activas multitud de asambleas de pueblos y de barrios durante
los años siguientes por toda la geografía de nuestro país, así como una coordinadora
estatal y varias territoriales que, a su vez, impulsarán nuevos movimientos,
como STOP Desahucios, los bancos del tiempo, las monedas sociales… y estuvieron en la base de nuevas propuestas
políticas que terminarían concretándose varios años más tarde en el movimiento Podemos.
Crisis política y elecciones
generales
“La
valoración del gobierno, de su presidente y del PSOE fue cayendo en las
encuestas. Lo que García de Cortázar y González Vesga han llamado el
«particular vía crucis del PSOE» comenzó en marzo de 2009 cuando se celebraron
las elecciones a los Parlamentos gallego y vasco. Aunque en Euskadi el
socialista Patxi López fue investido como lehendakari —gracias al apoyo de los diputados del PP—,
en Galicia el Partido Popular encabezado por Alberto Núñez Feijoo consiguió la
mayoría absoluta y desalojó del poder a la coalición PSG-BNG que había
gobernado Galicia desde 2005. El retroceso socialista y el avance popular se
confirmó en las elecciones al Parlamento Europeo de 2009, en las que el PP
venció por primera vez al PSOE en unas elecciones generales desde 2004.[46]”
…
“A
partir de entonces comenzó la presión de los dirigentes del PSOE para que
Rodríguez Zapatero anunciara si se presentaría o no a las siguientes elecciones
generales. El 2 de abril de 2011, mes y medio antes de que se celebraran las
elecciones municipales y autonómicas, Zapatero comunicó que no sería el cabeza
de lista en las próximas elecciones. Sin embargo, la renuncia de Zapatero no
evitó el descalabro socialista ya que el PSOE se situó 10 puntos por debajo del
Partido Popular.[47]
El Partido Popular se hizo con el gobierno de 34 capitales de provincia,
mientras que el PSOE solo mantuvo nueve, además de las ciudades de Vigo y
Hospitalet de Llobregat entre las ciudades de más de 250.000 habitantes. Y de
las 13 comunidades en disputa solo Asturias, Navarra y Canarias escaparon al
control del Partido Popular, y de las tres únicamente Asturias fue gobernada
por el PSOE. Posiblemente el triunfo más significativo del PP fue el de
Castilla-La Mancha, una comunidad autónoma que desde su constitución había
estado gobernada por el PSOE y que ahora pasaba a presidirla la secretaria
general del PP, María Dolores de Cospedal. Otro gobierno emblemático que obtuvo
el PP fue el de Extremadura, en este caso gracias a la abstención de Izquierda
Unida que se negó a apoyar al candidato socialista.”
…
“Ante
la pérdida de apoyos a su gobierno, el presidente Rodríguez Zapatero decidió
adelantar las elecciones generales previstas para marzo de 2012 al 20 de
noviembre de 2011. El resultado fue una victoria aplastante del Partido Popular
que consiguió la mayoría absoluta —186 diputados, tres más que en la anterior
mayoría absoluta del PP en las elecciones de 2000— mientras que el PSOE
registró el peor resultado de todo el reinado de Juan Carlos I pues solo logró
110 diputados, perdiendo 59 de los que obtuvo en las elecciones de 2008. El
PSOE fue «víctima de la oleada conservadora, que arrasó en feudos socialistas
en anteriores comicios, y de la huida en masa de los votantes izquierdistas,
muchos de los cuales se refugiaron en la abstención o dirigieron sus esperanzas
a IU», encabezada por Cayo Lara, que obtuvo 11 diputados. Las mayores sorpresas
de las elecciones la constituyeron la UPyD de Rosa Díez que consiguió 5
diputados, la coalición vasca Amaiur —formada por Eusko Alkartasuna, Aralar,
Alternatiba y la izquierda abertzale, ya presente en Bildu— que consiguió otros
seis escaños con un programa de defensa del derecho de autodeterminación de
Euskadi, y CiU que creció de 10 a 16 diputados, desplazando al PSC como partido
más votado en Cataluña.”[48]
Los
resultados de las elecciones fueron los siguientes:
El
martes 20 de diciembre de 2011 fue investido Mariano Rajoy, candidato del Partido
Popular, como Presidente del Gobierno con 187 votos a favor, 149 en contra
y 14 abstenciones.
[1] «Josep Borrell,
un veterano europeísta y azote del independentismo». eldiario.es. Consultado el 4 de junio de 2018.
[2] https://es.wikipedia.org/wiki/Josep_Borrell (14/9/2023).
[3] https://es.wikipedia.org/wiki/Joaqu%C3%ADn_Almunia (14/9/2023).
[4] «Zapatero dobló
el pulso al aparato con el apoyo de guerristas, IS y partidarios de Díez y
Borrell». ABC.es. 23 de julio de 2000.
Consultado el 22 de enero de 2015.
[6] Juan Jesús Sánchez Manzano: Las bombas del 11 M. Relato de los hechos en
primera persona, pág. 50 y 344. Madrid. Editor: J.J. Sánchez, 2013. ISBN
978-1-493797-31-8. «3.1. Una política de comunicación anormal Con independencia
del interés lógico del Gobierno por ofrecer a los ciudadanos información puntual
dada la cercanía de las elecciones, en mi opinión los partidos políticos
quisieron conocer, interpretar y comunicar los datos que se generaban con
demasiada rapidez. »
[9] García de Cortázar, Fernando; González
Vesga, José Manuel (2012). Breve
historia de España (6ª edición). Madrid: Alianza Editorial. ISBN
978-84-206-7374-5. p. 680.
[11] García de Cortázar, Fernando; González
Vesga, José Manuel (2012). Breve
historia de España (6ª edición). Madrid: Alianza Editorial. pp. 681-683.
[13] García de Cortázar, Fernando; González
Vesga, José Manuel (2012). Breve
historia de España (6ª edición). Madrid: Alianza Editorial. p. 677-678.
[15] García de Cortázar, Fernando; González Vesga,
José Manuel. Ibíd. p. 678.
[17] “Estatuto de
Cataluña: siete recursos y cuatro recusaciones”, El País, 28 de junio de 2010.
[19] “Masiva
manifestación en Barcelona en apoyo al Estatut y contra el Constitucional”. El Mundo, 10 de julio de 2010.
[21] García de Cortázar, Fernando; González
Vesga, José Manuel. Ibíd. p.
669-670.
[22] Ibíd. p. 674-675.
[23] Ibíd. p. 675-679.
[25] Ibíd.
[26] Ibíd.
[27] Ibíd.
[28] Sánchez-Cuenca, Ignacio (2012). Años de cambios, años de crisis. Ocho años
de gobiernos socialistas, 2004-2011. Madrid: Los Libros de la
Catarata-Fundación Alternativas. p. 59
[31] Francisco de la Torre Díaz: Y esto, ¿Quién lo paga? Penguin Random
House Grupo Editorial. Barcelona. 2023. p. 66.
[32] García de Cortázar, Fernando; González
Vesga, José Manuel (2012). Breve
historia de España (6ª edición). Madrid: Alianza Editorial. p. 695-696.
[34] Sánchez-Cuenca, Ignacio (2012). Años de cambios, años de crisis. Ocho años
de gobiernos socialistas, 2004-2011. Madrid: Los Libros de la
Catarata-Fundación Alternativas. pp. 45-46.
[35] Ibíd. p. 76-79.
[37] Sánchez-Cuenca, Ignacio: Ibíd. p. 84-87.
[39] https://es.wikipedia.org/wiki/Reforma_constitucional_espa%C3%B1ola_de_2011#:~:text=redactado%20como%20sigue%3A-,Art%C3%ADculo%20135,Europea%20para%20sus%20Estados%20Miembros. (14/11/2023).
[40] García de Cortázar, Fernando; González
Vesga, José Manuel: Ibíd. p. 704-705.
[41] Sánchez-Cuenca, Ignacio: Ibíd. p. 64.
[42]
https://es.wikipedia.org/wiki/Gobiernos_de_Rodr%C3%ADguez_Zapatero (15/11/2023).
[43] «Actas: de #acampadasol». Archivado desde el original el 23 de abril de 2014. Consultado el 23 de abril de 2014.
[44] https://es.wikipedia.org/wiki/Movimiento_15-M (15/11/2023)
[45] https://es.wikipedia.org/wiki/Occupy_Wall_Street (15/11/2023)
[46] García de Cortázar, Fernando; González
Vesga, José Manuel: Ibíd. p. 712-713.
[47] Sánchez-Cuenca, Ignacio (2014). La impotencia democrática. Sobre la crisis
política de España. Madrid: Los Libros de la Catarata. p. 93.
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